Un estudio realizado por UCS revela que EE.UU. puede obtener importantes beneficios económicos y de salud al cumplir con sus objetivos climáticos

Los legisladores deben acelerar el impulso hacia las energías limpias y limitar considerablemente el uso de los combustibles fósiles

Published Nov 16, 2023

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Según un estudio publicado el día de hoy por la Unión de Científicos Conscientes (o UCS, por sus siglas en inglés), es factible que Estados Unidos alcance sus objetivos climáticos con acciones concertadas si toma como punto de partida las políticas de energía limpia existentes a nivel estatal y federal. Esto generaría enormes beneficios, incluyendo una reducción de más de $100.000 millones en los costos de energía que pagan los consumidores para el 2030, $800.000 millones en beneficios de salud pública para el 2050 y se evitaría casi $1,3 billones en daños climáticos para el 2050.

El análisis "Acelerar la transición a la energía" limpia concluyó que para poder cumplir con los objetivos climáticos críticos, los cuales incluyen reducir a la mitad las emisiones de gases que atrapan el calor en toda la economía para el 2030 y lograr emisiones netas cero a más tardar en el 2050, los responsables de la toma de decisiones deben impulsar significativamente las políticas e inversiones que descarbonicen el sector energético, sustituyan los combustibles fósiles por electricidad limpia en los sectores del transporte, la construcción y la industria, y aumentar la eficiencia energética. El cumplimiento de los objetivos climáticos de EE.UU. también requiere eliminar gradualmente el carbón para el 2030 y limitar el uso del gas y del petróleo fósiles en la próxima década y más allá.

Los incentivos de energía limpia de la Ley de Reducción de la Inflación (o IRA, por sus siglas en inglés) proporcionan un impulso importante para que Estados Unidos logre una reducción considerable de las emisiones a corto plazo, pero dicha reducción podría estar en riesgo si se amplía simultáneamente el uso de los combustibles fósiles. Además, aunque la ley IRA prácticamente duplica el ritmo actual de reducción de las emisiones a cerca de un 3% anual de aquí al 2030, el país necesitará acelerar aún más esa reducción hasta aproximadamente un 5% al año para lograr sus objetivos climáticos.

"La urgencia de la crisis climática requiere un cambio drástico hacia las soluciones de energía limpia y la eliminación de combustibles fósiles. Nuestro análisis demuestra que EE.UU. puede cosechar enormes beneficios relacionados con el clima, la salud pública y la economía si logra hacerlo", dijo Rachel Cleetus, autora del informe, economista principal y directora de políticas del Programa de Clima y Energía de UCS. "El plazo para tomar acciones se está acabando y los responsables de las políticas deben actuar con rapidez o de lo contrario corremos el riesgo de que los objetivos climáticos cruciales se nos escapen de las manos. También deben garantizar que la transición hacia una energía limpia se centre en las necesidades de las comunidades que históricamente han sido marginadas, económicamente desfavorecidas y abrumadas por la contaminación".

Según el nuevo análisis, la implementación de un conjunto ambicioso de políticas para descarbonizar la economía de EE.UU. y cumplir con los objetivos climáticos tendría los siguientes resultados:

  • Impulsar casi $1,8 billones en inversiones de capital totales y acumuladas de aquí al 2035 y casi $3,7 billones hasta el 2050. Como parte de esto, la ley IRA, la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleo (IIJA, por sus siglas en inglés) y las políticas estatales existentes estimularán $1,6 billones en inversiones en energías limpias y sus infraestructuras correspondientes hasta el 2035.
  • Reducir los contaminantes nocivos del aire, con lo que se evitarían hasta 44.800 muertes prematuras para el 2035 y hasta 73.000 para el 2050, además de ahorrar más de $500.000 y $800.000 millones en gastos de salud pública para el 2035 y el 2050, respectivamente. Los beneficios de salud pública procederían de la disminución de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en un 76%, las emisiones de dióxido de azufre (SO₂) en un 89% y las emisiones de partículas (PM2,5) en un 12% para el 2050.
  • Evitar $575.000 millones en daños climáticos adicionales para el 2035 y casi $1,3 billones para el 2050, considerando la estimación del costo social del carbono.
  • Lograr que el uso de los combustibles fósiles en EE.UU. se reduzca un 82% entre el 2021 y el 2050, con una disminución en el uso del petróleo del 85% y del gas del 72%, además de la eliminación total del carbón.
  • Aumentar el uso de la energía eólica, la energía solar y otras energías renovables, las cuales casi se triplicarían, pasando del 22% de la generación eléctrica de Estados Unidos en el 2021 al 60% para el 2030 y al 92% para el 2050.
  • Incrementar la capacidad de transmisión eléctrica de Estados Unidos un 36% para el 2030, duplicarla para el 2040 y cuadruplicarla para el 2050.

"No decimos que vaya a ser fácil, pero sabemos que un futuro energético más limpio y justo está a nuestro alcance", afirmó Steve Clemmer, autor del informe y director de investigación y análisis energético de UCS. "Las soluciones son evidentes: la transición equitativa a la energía limpia, el aumento en la eficiencia y la electrificación de nuestros vehículos y hogares no sólo nos permitirán ahorrar dinero, sino que también mejorarán nuestra salud y limitarán los peores impactos del cambio climático. Nuestro análisis también demuestra que, si se amplían las inversiones para reducir la demanda general de energía, se forja otro camino crucial para alcanzar los objetivos climáticos de EE.UU."

El análisis concluye que, si se combinan los cambios tecnológicos en los sistemas de energía con cambios viables para reducir la demanda en otros sectores como el transporte, los inmuebles y la industria, se pueden obtener aún más beneficios económicos y de salud pública. Las reducciones adicionales en la demanda de energía ayudan a reducir el ritmo y la escala general del desarrollo de infraestructuras de energía eólica, energía solar, almacenamiento, transmisión y otras tecnologías con bajas emisiones de carbono. Esto también limita la necesidad de utilizar minerales y contar con terrenos y nuevas infraestructuras, así como las dificultades relacionadas con la ubicación, los permisos, la cadena de suministro y la aceptación pública.

Este informe se basa en el análisis "Un esquema transformador para la acción climática: Centremos a los seres humanos en la transición de nuestro país a la energía limpia" realizado en el 2021 por UCS y un comité asesor de expertos. Los principios básicos de ese análisis siguen siendo el marco de referencia de este informe actualizado y más completo.

En vísperas de la cumbre COP28 que se realizará en Dubái a fines de este mes, el nuevo análisis subraya la necesidad de que los países ricos como Estados Unidos sean más ambiciosos en sus políticas de reducción de emisiones contaminantes para ayudar a cumplir con los objetivos climáticos internacionales.

Los autores del informe del 2023 concluyeron señalando que "los legisladores tienen la responsabilidad de seguir implementando acciones que encaminen firmemente a Estados Unidos hacia un mejor futuro, un futuro en el que tengamos un mundo saludable y próspero que funcione con energía limpia y esté libre de los efectos de la contaminación por combustibles fósiles que provoca la doble crisis de la injusticia climática y ambiental. A la hora de desarrollar soluciones justas y equitativas, debemos pensar más allá de las emisiones de carbono y tomar en cuenta todas las maneras en que nuestras opciones energéticas se interrelacionan con las vidas y los medios de subsistencia de las personas. Cualquier cosa inferior nos dejaría un mundo profundamente mermado. Está claro lo que hay que hacer si consideramos que el bienestar de las personas, los ecosistemas y el planeta está en juego".