OAKLAND, Calif. (7 de agosto de 2018)—California puede cerrar al menos 28 de sus plantas de gas natural porque son innecesarias para satisfacer la demanda de electricidad o los objetivos de emisiones de carbono del estado, según un nuevo análisis de Union of Concerned Scientists (UCS) publicado hoy.
El estudio analizó las operaciones de las 89 plantas de gas natural en el territorio de la Corporación de Operador de Sistema Independiente de California (CAISO, por sus siglas en ingés) para determinar cuántas plantas podrían cerrarse entre 2018 y 2030 sin afectar la confiabilidad de la red eléctrica y al mismo tiempo cumplir con los ambiciosos objetivos del estado de reducción de emisiones de carbono. CAISO administra el suministro de energía y la demanda de aproximadamente el 80 por ciento del estado. El estudio descubrió que no se necesitan nuevas plantas de gas en el área de CAISO para las necesidades de energía actuales o del 2030.
“Hay más de dos docenas de plantas de gas natural en el sistema que son innecesarias para mantener las luces encendidas”, dijo Laura Wisland, co-autora del informe y gerente sénior de energía de UCS. “Sería más barato para los consumidores de California si estas plantas se cerraran en lugar de seguir pagando para mantenerlas abiertas”.
Una razón para la abundancia de plantas de gas natural de California se remonta a casi dos décadas. En respuesta a la crisis energética de 2000-2001, cuando los Californianos experimentaron apagones y las compañias de electricidad se arriesgaron o llegaron a la bancarrota, el estado encargó muchas plantas de gas natural. Al mismo tiempo, siguió un objetivo agresivo de mas energía renovable. Ahora hay alrededor de 200 plantas de gas natural conectadas a la red que juntas conforman el 33 por ciento de la mezcla de energía del estado.
Debido a que el gas natural puede almacenarse y las plantas de gas natural pueden encenderse y apagarse fácilmente, CAISO depende del gas natural cada noche cuando la generación de energía solar disminuye al mismo tiempo que millones de californianos llegan a casa y la demanda de electricidad aumenta. El gas natural también se usa durante las emergencias de la red eléctrica cuando suministros son limitados, como cuando falla una planta de energía o se cae una línea de transmisión. Pero el reporte encuentra que mientras más energía renovable ingrese a la red, se necesita un plan para reducir la dependencia futura de las plantas de gas natural.
“Hoy tenemos un mercado creciente para la energía limpia y renovable y un exceso de plantas de energía de gas natural”, dijo Wisland. “No podemos tener ambos en el futuro si queremos alcanzar nuestros objetivos de energía limpia y del clima. Sin un plan ordenado para el cierre de plantas innecesarias y el aumento de tecnologías limpias, corremos el riesgo de tener más emisiones de carbono y más contaminación”.
Muchas plantas que el reporte de UCS identificó podrían ser cerradas hoy están en comunidades del Valle Central, un área afectada por la contaminación del aire durante todo el año. En California, UCS descubrió que se doblaría el número de plantas de gas natural que podrían cerrarse para el 2030 si se realizan almacenamiento de baterías adicional u otras inversiones en energía limpia.
El análisis de UCS también encontró que mientras la generación renovable aumenta y no haya una alternativa nocturna al gas natural, como almacenamiento de baterías, las plantas de gas natural se encenderán y apagarán con mucha más frecuencia en la década entrante. La quema de gas natural produce óxidos de nitrógeno que crean smog y empeoran la salud respiratoria. Las emisiones de óxido de nitrógeno asociadas con el arranque de una planta son más altas que las emisiones de una planta que opera continuamente. En el escenario más probable de 2030 analizado por UCS, algunas plantas que hoy funcionan continuamente encenderían y apagarían al menos 200 veces por año.
“Las personas que viven cerca de las plantas de gas natural no deberían sufrir otra tonelada de aire tóxico en su comunidad”, dijo Wisland. “Podemos abordar la contaminación del aire, el alza de demanda nocturna y los problemas locales de confiabilidad si construimos alternativas a las plantas de gas natural en las comunidades más afectadas por la contaminación”.
En el estudio se identificaron soluciones reglamentarias y legislativas que acelerarían el cierre de las plantas de gas natural y reducirían la necesidad de arrancar y apagar las plantas con mayor frecuencia. Las compañías de electricidad deberían aumentar el uso de baterías de almacenamiento, reducir la demanda de electricidad por la noche, apoyar diversas tecnologías de generación renovable en California como la geotérmica o el acceso a energía eólica fuera del estado, incrementar la eficiencia energética, e invertir en la energía limpia dentro de las comunidades desfavorecidas. Además, la legislatura de California debería aprobar legislación (Senate Bill 64) que requeriría que el estado consiga datos sobre las operaciones de las plantas de gas natural, priorice la reducción de la generación de gas en las comunidades desfavorecidas y planifique el cierre de las plantas de gas.
“Si estamos verdaderamente comprometidos a reducir las emisiones de carbono y mejorar la contaminación del aire, deberíamos alejarnos del gas natural de manera lógica para las comunidades más afectadas y a la misma vez mantener las luces encendidas”, dijo Wisland. “Todo el mundo le está hechando ojo a California notando cómo un estado con millones de personas y una enorme economía está acabando con su dependencia en los combustibles fósiles. Es imperativo que lo hagamos bien”.