Juan Declet-Barreto
Senior Social Scientist for Climate Vulnerability

El calor extremo afecta de manera desproporcionada a las personas de minorías étnicas y raciales. En un novedoso estudio reciente que hicimos en Union of Concerned Scientists, encontramos que la población civil de bajo ingreso, y de minorías raciales en áreas metropolitanas en Estados Unidos se verán expuestas a muchos más días de calor fatal si no tomamos acción para reducir las emisiones de carbono.

Una pregunta que quedó en el tintero pero que nos causó gran inquietud al completar nuestro estudio fue cual es el impacto del calor fatal en la población de minorías étnicas y raciales que vive en instalaciones de las Fuerzas Armadas estadounidenses.

Las tendencias demográficas en Estados Unidos apuntan hacia un aumento en la diversidad étnica y racial en el país; dichas tendencias también se ven reflejadas en la composición racial y étnica de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, entre 2004 y 2015, la participación de los latinos en el Ejército (Army), la Fuerza Aérea (Air Force), la Marina (Navy), y los Marines incrementó de un 9 a un 12 por ciento, mientras que la de las personas de otras razas y etnias aparte de los hispanos, afroamericanos, y asiáticos subió de 4 a 7 porciento. Aunque el porcentaje de afroamericanos se redujo levemente de 18 a 17 por ciento durante el mismo período, veremos más adelante que tanto ellos como otras poblaciones minoritarias en las Fuerzas Armadas se enfrentarán a muchos más días de calor fatal si no atajamos el cambio climático.

En alzada los padecimientos por calor entre personal militar activo

En efecto, al presente las personas minoritarias en las fuerzas armadas experimentan altas tasas de enfermedad por calor. En base a datos publicados por el servicio militar, podemos ver en la gráfica que en los últimos años, las tasas de síncope de calor entre personal militar activo asiático, hispano, afroamericano (y blanco también) han subido consistentemente, resaltando el alza entre los asiáticos e isleños del Pacífico. *

La incidencia de enfermedades relacionadas al calor extremo entre personal de las Fuerzas Armadas va en ascenso, en especial entre las minorías.

Sin acción climática, el personal en bases militares se enfrenta a unos 30 días adicionales por año con temperaturas de 100ºF (37,8°C)

Claramente, el personal militar en bases experimenta riesgos a la salud debidos al calor y estos van en ascenso. Para darle seguimiento a la interrogante que mencioné al principio, echamos un vistazo a cuantos días con un índice de sensación térmica por encima de los 100°F (37,8°C) pudiera experimentar para mediados del siglo, si no tomamos medidas para reducir los gases de invernadero, el personal que vive en las principales bases de las cuatro ramas del servicio militar en los estados contiguos de los Estados Unidos. El resultado es este estudio que muestra la creciente amenaza que representa el calor extremo para las bases de adiestramiento militar y los reclutas de minorías étnicas y raciales.

Nos enfocamos en las 169 bases con mil o más habitantes, donde los riesgos a la salud por calor extremo a los que ahí viven son reales. El año pasado, alrededor de 2,800 miembros de la Fuerzas Armadas sufrieron enfermedades por calor extremo, y el 90 por ciento de esos casos ocurrieron en Estados Unidos.

Fort Benning, Georgia, instalación de adiestramiento básico (“basic training”), no sólo fue la base donde ocurrió el mayor número de enfermedades por calor en 2018, sino que también al presente experimenta un promedio de 16 días por año con índice de sensación térmica por encima de 100°F (37,8°C). En nuestro estudio encontramos que en Fort Benning, la cantidad de días con sensación térmica de más de 100°F (37,8°C) se pudieran multiplicar por más de cuatro veces, llegando a 73 días por año para mediados de siglo si no se hace nada para reducir las emisiones de carbono.

Sin acción, climática. casi todas las bases militares en los EEUU verán más de treinta días con índice de sensación térmica por encima de los 100°F (37,8°C).

Otras bases con las más altas incidencias de enfermedades por calor extremo son Fort Bragg y Camp Lejeune, ambas en Carolina del Norte y Fort Campbell en Kentucky—en las cuales ocurren al presente más o menos una semana y media por año de días por encima de los 100°F (37,8°C). En nuestro estudio proyectamos que para mediados de siglo, Fort Bragg, Camp Lejeune, y Fort Campbell verán días por encima de los 100°F (37,8°C) dos meses cada año, o sea más del doble de días con calor fatal de lo que experimentan hoy día.

Observaciones de un militar de carrera basadas en su experiencia en bases de la Fuerza Aérea

Mi tío, el General de Brigada Antonio J. Ramos (USAF, Ret), es uno de los pocos hispanos que han llegado a ese rango y fue comandante de dos unidades durante su carrera.  Su trayectoria en la Fuerza Aérea lo llevó a muchas bases en los EEUU. Estuvo destacado en el suroeste del estado de Oklahoma tanto para entrenamiento aéreo como de manera permanente.  Ahora que está jubilado, visita con frecuencia MacDill Air Force Base en Florida.  Tuve la oportunidad de hablar con el y hacerle preguntas sobre el cambio climático y nuestro estudio.

¿Cómo ves la forma en que las Fuerzas Armadas están abordando el cambio climático?

Respuesta:  El gobierno del Presidente George W. Bush tanto como el del Presidente Barack H. Obama, en su estrategia de seguridad nacional (National Security Strategy, NSS) declararon el cambio climático como una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos.  Esto es muy importante ya que todos los departamentos y agencias federales con responsabilidad de seguridad nacional están obligadas a seguir esta directriz y desarrollar estrategias y planes para implementar el NSS.

¿Cómo se ven afectadas las instalaciones militares ante el incremento de calor?

Respuesta:  Las temperaturas extremas afectan el funcionamiento día tras día de las instalaciones.  Cuando estuve destacado en Altus AFB, Oklahoma entre 1983 y 1985, las actividades al aire libre se ajustaban de acuerdo con el índice de sensación térmica.  Por ejemplo, las horas que un técnico de reparaciones podía trabajar en un avión se limitan, se restringen, de acuerdo al índice de sensación térmica – mientras más alto el índice más limitadas las horas de trabajo.

Las consecuencias son muy evidentes: la productividad se reduce, la necesidad de tener más personal incrementa y la disponibilidad de las aeronaves disminuye.  En la medida que incrementen los días con sensación térmica más alta, el impacto en la disponibilidad de las aeronaves y la logística requerida incrementara también.  En el tiempo que llevo en Tampa [FL], creo que la experiencia que tuve en Oklahoma se puede aplicar a la base MacDill AFB.  Creo que es importante notar que en las bases del norte cuando hace mucho frío hay un impacto similar.

¿Algún comentario antes de finalizar?

Respuesta:  Otro factor que no es parte del estudio es el impacto que pueda tener el cambio climático en la moral y retención de personal capacitado. En un mercado laboral como el que tenemos hoy en día, [con] desempleo bajo, las condiciones de trabajo son un factor crítico por considerar cuando se toman decisiones que impacten la carrera profesional del personal en las fuerzas armadas.

Por ejemplo, las líneas aéreas comerciales necesitan personal de mantenimiento de aviones capacitado.  El personal de mantenimiento en las fuerzas armadas está entrenado y capacitado y la transición a trabajar con las líneas aéreas comerciales es una opción viable.  Las condiciones de trabajo, la paga, y estabilidad son factores importantes para muchos al tomar la decisión de continuar en las fuerzas armadas o buscar opciones de trabajo en la vida civil.

Finalmente, es importante entender que esta es mi opinión personal y no un análisis científico del impacto del cambio climático en las fuerzas armadas.  Mis observaciones están basadas en mis 30 años de experiencia en la Fuerza Aérea y el conocimiento profesional y personal de las otras ramas de las fuerzas armadas de los EEUU.  Tengo mucho respeto por el trabajo que hace el personal de mantenimiento de aeronaves en la Fuerza Aérea y las condiciones difíciles en las que trabajan.

Como limitar los impactos del calor fatal a la salud pública de los y las militares

En vista de los riesgos que nuestro análisis revela, todas las ramas de las fuerzas armadas deberían revisar y actualizar las guías y protocolos relacionados a la salud y el calor fatal. El personal militar, sobre todo aquellos en puestos de mando, deben ser capacitados para reconocer los peligros y síntomas de las enfermedades por calor y de las protecciones que los períodos de trabajo y descanso pueden proveer para evitar que el personal se extenúe durante episodios de calor extremo.

Los nuevos reclutas, quienes en ocasiones no conocen los síntomas o sienten que deben “echarle ganas” aún en condiciones de riesgo, deben recibir especial atención. De la misma manera, el personal que sufra percances médicos por el calor extremo debe recibir el cuidado médico que necesita.

Inclusive con estas medidas, cabe que las Fuerzas Armadas tengan que ajustar las horas o fechas del año durante las cuales llevar a cabo ejercicios de capacitación que requieren gran esfuerzo físico. No se debe descartar el tener que mudar ejercicios de capacitación a otros lugares que estén menos expuestos al calor extremo.

Por último, el calor fatal también continuará afectando a las familias que viven en las bases. Las escuelas, casas, clínicas, y centros comunitarios necesitarán mejoras para garantizar la integridad física de las personas durante los días de calor fatal.

 

* Para crear esta gráfica compilé las tasas de insolación desglosadas por raza o etnicidad entre 2012 y 2018. Fuente: Armed Forces Health Surveillance Center’s Medical Surveillance Monthly Reports for 2012-2018: Update on heat injuries, active component, U.S. Armed Forces. https://health.mil/Military-Health-Topics/Combat-Support/Armed-Forces-Health-Surveillance-Branch/Reports-and-Publications/Medical-Surveillance-Monthly-Report

Lea aquí acerca del nuevo estudio en español e inglés